13 DE DICIEMBRE “MARCHA DEL SILENCIO”
El presidente de la republica mexicana, Gustavo Díaz Ordaz,
dio a conocer información erróneo del
movimiento por medio de radio y televisión, de los actos de violencia
descontrolada que provoca la manifestación estudiantil a
la cual se le han sumado personas de la clase obrera y campesina, diciendo que
se realizaron estos actos incontrolables durante sus protestas, atacando a
autobuses, edificios, mujeres niños, etc. Dice que nada les importa a estos
jóvenesy que simplemente lo hacen por libertinaje ya que supuestamente solo
querían causar revuelo. Es por esto que el CNH decide desenmascarar las
mentiras del presidente realizando una marcha totalmente silenciosa, en
protesta de las mentiras de Díaz Ordaz, además mencionaban que el ruido era lo
que mueve a la sociedad a lo que ellos querían demostrar que se quería que se llevara a cabo lo contrario y esto ocurrió el
día 13 de diciembre, en palabras de testigos de esta marcha, los manifestantes
no hacían ruido simplemente se caminaba, se escuchaban pequeños murmullos y el
ruido de cientos de zapatos que caminaban al unisón, pero el ruido era el
mínimo, aunque al pasar por las calles las personas comenzaban a aplaudirles,
los manifestantes pedían que de favor
guardaran silencio, pues en eso
consistía esta marcha.
Entrevista
Las entrevistas sobre la marcha del silencio fueron
realizadas a personas que participaron en la marcha del silencio, y algunos
miembros del CNH, esto es para que los datos sean reales, los participantes
dijeron que como ellos no podían detener la transmisión nacional que se llevaba
a cabo desde palacio nacional, decidieron actuar para demostrarle a la nación,
que esa información era totalmente falsa, ya que se les había tachado de
delincuentes, ellos también dicen que parte de el éxito de esta marcha fue el
compromiso de los manifestantes, ya que en cuanto algún joven amenazaba a
gritar o hacer cualquier clase de ruido excesivo, los demás compañeros lo
callaban pidiéndole por favor, eso era una marcha del silencio, ellos tenían
que demostrar que la información que el presiente había transmitido eran
totalmente falsas.
Opinión: creemos que lo que hizo Díaz Ordaz fue realmente
injusto ya que los jóvenes son el futuro del país ya que si ellos no puede
expresarse entonces quien, además de que se trate a los jóvenes muy
injustamente y que se les tache de vándalos lo cual todo mundo sabe que si no te hacen caso,
tienes que llamar la atención, aunque en realidad se creía que los jóvenes que
iniciaban los disturbios y las revueltas eran solo sujetos infiltrados para que
diera mala reputación a este movimiento que buscaba soluciones y no mas
problemas.
Personaje a seguir:
Gilberto Ramón Guevara
Niebla (Culiacán, Sinaloa; 31 de Agosto de 1944) es un escritor,
periodista y pedagogo mexicano. Además, fue representante de la Facultad de
Ciencias de la UNAM ante el Consejo Nacional de Huelga en el movimiento
estudiantil de 1968
Una
delegación del Consejo Nacional de Huelga, formada por Luis González de Alba,
Gilberto Guevara Niebla y Anselmo Muñoz, se entrevista, por la mañana, con los
representantes del presidente de la república, Andrés Caso y Jorge de la Vega
Domínguez. Los delegados estudiantiles son detenidos en el mitin de Tlatelolco.
El general Marcelino García Barragán,
en información publicada después de su muerte, indica que a las 7 de la mañana
del 2 de octubre, "estaba en mi despacho [...] planeando la forma de
terminar con el movimiento; en esos momentos llegó el capitán Barrios" (era
el capitán Fernando Gutiérrez Barrios, jefe de la Dirección Federal de
Seguridad en 1968) "al que esperábamos sus informes, para completar mi
plan.
"Reunidos en mi Despacho, escuché
todos los informes y pregunté al Capitán Barrios podremos encontrar en el
Edificio Chihuahua algunos departamentos vacíos, donde meter una Compañía?,
Barrios me contestó, déjeme ver; tomó el teléfono y habló con el general
Oropeza, me pasó el audífono, y le dije a Oropeza que me consiguiera para antes
de las dos de la tarde los departamentos que pudiera para meter una Compañía;
en media hora tenía conseguidos tres departamentos vacíos a mi disposición, uno
en el tercer piso y 2 en el cuarto piso, serían las 11 del 2 de octubre cuando
recibí este informe [que] se necesitaba para completar mi plan que nada mas yo
lo sabía, pues el Estado Mayor me indicó que no encontraban la forma de
aprehender a los cabecillas sin echar balazos. [...] mi plan consistía en
aprehender a los cabecillas del movimiento, sin muertos ni heridos; éstos
tenían cita a las cuatro de la tarde en el 3er. piso del Edificio Chihuahua…
"Terminamos el plan a las dos de
la tarde y lo traducimos en órdenes que se cumplieron a las 15:30 de esa tarde.
El capitán Careaga faltando 20 minutos estaba acantonado en los departamentos
vacíos del Edificio Chihuahua, con órdenes de aprehender a Sócrates Amado
Campos cuando estuviera al micrófono; el coronel Gómez Tagle a las 3:40 del día
2 estaba con su Batallón Olimpia con su dispositivo, para tapar todas las
salidas del Edificio Chihuahua, para evitar la fuga de los cabecillas que a las
cuatro de la tarde ya estaban todos en los balcones del 3er. piso y una terraza
para empezar el mitin".
En otro texto, el general García
Barragán, señala que el general Luis Gutiérrez Oropeza, jefe del Estado Mayor
Presidencial, "mandó apostar, en los diferentes edificios que daban a la
Plaza de las Tres Culturas, diez oficiales armados con metralletas, con órdenes
de disparar sobre la multitud ahí reunida y que fueron los actores de algunas
bajas entre gente del pueblo y soldados del ejército."
A las 17:30 horas, se inicia en la
Plaza de las Tres Culturas el mitin convocado por el CNH. Algunas fuentes
señalan la asistencia de 15,000 personas; otras calculan la presencia de entre
cinco y seis mil gentes. En el acto, se encuentran estudiantes, electricistas,
comerciantes, ferrocarrileros y periodistas nacionales y extranjeros.
Entre los manifestantes, cunde el
rumor de que hay "decenas de agentes policiacos vestidos de civiles".
A las 18:10 horas, el mitin está por concluir y se ha informado a la multitud
la decisión del CNH de suspender la marcha hacia el Casco de Santo Tomás, como
medida de seguridad para evitar posibles enfrentamientos con la fuerza pública,
pues se ha observado la concentración de tropas a lo largo de la ruta. Se
solicita a los asistentes que se retiren a sus casas en cuanto concluya el
acto. En ese momento, un helicóptero sobrevuela la Plaza y una luz de bengala
aparece en el cielo y cae lentamente a un costado de la torre de la iglesia de
Santiago Tlatelolco. Los manifestantes dirigen, "casi automáticamente, sus
miradas hacia arriba", y cuando se preguntan qué es lo que sucede, se
escucha "el avance de los soldados," que van entrando a la plaza. Al
mismo tiempo, otro helicóptero sobrevuela la zona y lanza dos luces de bengala.
Inmediatamente después, se escucha el ruido de carros militares que se acercan.
Estos se estacionan alrededor de la plaza. Los soldados saltan de los carros
con sus ametralladoras y entran a la plaza. En los tejados de los edificios,
hay también soldados con ametralladoras y pistolas automáticas.
La mayoría de los manifestantes
asegura "que los soldados, sin advertencia ni previo aviso, comenzaron a
disparar". La plaza se convierte "en un infierno. Las ráfagas de las ametralladoras
y fusiles de alto poder" zumban en todas direcciones. La gente corre de un
lado a otro.
Por el andador de la Escuela
Vocacional 7, entran contingentes de soldados, que se colocan pecho a tierra
apuntando sus fusiles hacia arriba en dirección al Edificio Chihuahua. Desde
las tanquetas instaladas sobre la prolongación de San Juan de Letrán, los
soldados comienzan a disparar sus ametralladoras hacia el Edificio Chihuahua.
También por el poniente, a un costado del edificio de la Secretaría de Relaciones
Exteriores, avanzan tanques ligeros que se colocan enfrente de las puertas del
citado edificio.
En la terraza del tercer piso de ese
edificio, se encuentran los oradores y varios miembros del Consejo Nacional de
Huelga. Desde esa terraza, señala Félix Fuentes, reportero de La Prensa,
"abrieron fuego agentes de la Dirección Federal de Seguridad y de la
Policía Judicial del Distrito". Y añade: "pudimos percatarnos que
agentes policiacos, unos al mando del comandante Cuauhtémoc Cárdenas, de la
Judicial del Distrito, esperaba la llegada del ejército para emprenderla contra
los líderes estudiantiles."
El dirigente estudiantil Pablo Gómez,
que se encontraba en el tercer piso del Edificio Chihuahua, narra que tenían
información de que en el basamento de la planta baja de aquel edifico había
militares vestidos de civil y policías de la Dirección Federal de Seguridad,
por lo que, comenta, "decidimos acelerar el mitin". Pero cuando
aparece la luz de bengala, que "es evidentemente una señal", ya que
de inmediato se mueven "los dos bandos del ejército: el ejército
uniformado avanza sobre la plaza y el Batallón Olimpia, junto con la policía
política, toma el tercer piso del Edificio Chihuahua. Ambas partes del ejército
actúan exactamente al mismo tiempo". Cuando los elementos del Batallón
Olimpia, todos armados -"unos con ametralladoras Thomson, otros con
metralletas, otros con pistola calibre 45"-, llegan al tercer piso,
"un individuo vestido de traje azul, rubio, pelado a la brush, se acerca
al barandal y empieza a disparar. Hasta ese momento no había habido ningún
balazo, de ningún lado". Después de que este sujeto disparó, "los
tiros siguientes no proceden del Edificio Chihuahua, los siguientes balazos
proceden de la Plaza, con armas de alto poder".
La reportera italiana Oriana Fallaci,
que se encontraba también en el tercer piso del Chihuahua, relata que escuchó
"un fuerte ruido en las escaleras. Estaban disparando y fuimos rodeados
por policías vestidos de civil. Cada uno de ellos tenía un guante o pañuelo
blanco en su mano izquierda, para que pudieran reconocerse. Saltaron sobre los
dirigentes estudiantiles y sobre mí. Luego, la policía nos ordenó que
permaneciéramos tendidos sobre nuestro estómago. La única manera que uno podía
protegerse de las balas que provenían de arriba era cubriéndose detrás de la
pared frontal de la terraza. De ese modo, la policía usó esta barrera de
seguridad, nos colocó a los arrestados, a lo largo de la pared opuesta, donde
nos encontramos expuestos a las balas. Estuvimos tendidos ahí cerca de una
hora. Cada vez que hacíamos un movimiento, disparaban sus armas contra
nosotros." En esos momentos, añade la reportera, "ya había un fuego
intenso de los soldados abajo, con rifles, ametralladoras, pistolas
automáticas"; desde las azoteas y desde helicópteros, se hacían disparos
de ametralladora.
En la publicación póstuma del
testimonio del general García Barragán, éste señala que "a la hora en que
Sócrates estaba más entusiasmado hablando a la multitud con micrófono en mano,
un soldado escogido por el capitán X, muy fuerte y decidido jaló de las piernas
a Sócrates derribándolo, éste siguió hablando hasta que el capitán le puso su
pie en el micrófono y se lo quitó, en esos momentos comenzaron los disparos de
las cinco columnas de seguridad que a las órdenes de XXX estaban apostadas en
las azoteas de los demás edificios esperando al ejército, que contestó el
fuego". Y, agrega, "A los primeros disparos el Batallón Olimpia se
replegó en las entradas del Edificio Chihuahua, y aprehendió como 400 individuos
entre los que se encontraron todos los cabecillas del movimiento,
descabezándolo con este hecho, que fue el éxito completo de mi plan..." Y
comenta que "como a las 7:30 de la noche me habló el general Mazón, para
pedir permiso para registrar los edificios donde había franco-tiradores, lo
autoricé y como a los 15 minutos me habló el general Oropeza.
"Mi general, me dijo: tengo
varios oficiales del Estado Mayor Presidencial apostados en algunos
departamentos, armados con metralletas para ayudar al ejército con órdenes de
disparar a los estudiantes armados, ya todos abandonaron los edificios, sólo me
quedan dos que no alcanzaron a salir y la tropa ya va subiendo y como van
registrando los cuartos temo que los vayan a matar, quiere usted ordenar al general
Mazón que los respeten." gl General Barragán comenta que habló con éste,
"trasmitiéndole la petición del general Oropeza", y que aquél le
comunicó haber encontrado a los dos hombres armados con metralletas y dijeron
"haber disparado hacia abajo".
En la plaza se ha generalizado la
balacera. Mujeres, niños, jóvenes y adultos corren despavoridos; algunos se
tiran al suelo; otros buscan protección en las escalinatas o entre los
vestigios prehispánicos; otras más se esconden debajo y detrás de los automóviles
estacionados, o intentan refugiarse en los departamentos de Tlatelolco. Mucha
gente logra huir por el costado oriente de la plaza, otras personas se topan
con "columnas de soldados que empuñaban sus armas a bayoneta calada y
disparaban a todas direcciones". Las menos afortunadas están tendidas en
el suelo, muertas o heridas.
El fuego intenso dura aproximadamente
30 minutos. Luego, los disparos disminuyen, pero se mantiene el tiroteo hasta
las 20:30 horas. En ese lapso se "evitó que las ambulancias de las cruces
Roja y Verde llegaran a la Plaza de las Tres Culturas."
A las 21 horas, varios edificios
habían sido ocupados en su totalidad por la tropa y algunos otros estaban
siendo cateados. Los elementos del Batallón Olimpia, vestidos de civil, tienen
como contraseña un pañuelo envuelto en la mano derecha. Así se identifican unos
a otros, y se les oye gritar: ¡Batallón Olimpia, no disparen! Cientos de
personas con las manos en alto son conducidas por los soldados hasta el muro
sur de la iglesia de Santiago Tlatelolco. Todas están detenidas, a excepción de
los fotógrafos y periodistas que pueden identificarse, y ninguna persona puede
abandonar o entrar a la zona, salvo rigurosa identificación. Unos trescientos
tanques, unidades de asalto, yeeps y transportes militares, tienen rodeada la
zona, de Insurgentes a Reforma, hasta Nonoalco y Manuel González.
Algunos de los dirigentes del Consejo
Nacional de Huelga han sido capturados en el Edificio Chihuahua, cuyos
departamentos son desocupados violentamente por unidades del ejército, del
"Batallón Olimpia" y de la policía de la Federal de Seguridad.
Otros dirigentes son detenidos en la
plaza. Todos ellos son conducidos al lugar donde se ha concentrando a los demás
detenidos. Posteriormente cientos de ellos son trasladadas al Campo Militar
Número Uno. Se calcula que son más de 2,000 personas las aprehendidas en
Tlatelolco.
Por orden del general Raúl
MendioleaCerecero, los hospitales de la Cruz Roja y de la Cruz Verde -así como
la información sobre heridos y muertos- queda bajo el control policiaco a
partir de las 21 horas. La vigilancia policiaca se extiende a todos los
hospitales a los que son conducidos los heridos y muertos. Antes de las 21
horas, se informa que a la Cruz Roja han llegado 4 cadáveres y se ha atendido a
50 heridos de bala de fusil, entre ellos 15 niños; en la tercera delegación se
encuentran 18 cadáveres, 15 hombres y 3 mujeres; en el Rubén Leñero, un muerto
y 27 heridos; en la Villa, un muerto, y en el 20 de Noviembre no se especifica
el número de heridos y muertos.
Se calcula que participan en la
operación militar de Tlatelolco unos 5,000 soldados. En las instrucciones de la
Secretaría de la Defensa Nacional se indica que la operación militar del 2 de
octubre (denominada "Galeana"), al mando del general Crisóforo Mazón
Pineda, estaba formada por tres agrupamientos y el Batallón Olimpia, éste al
mando del coronel de infantería Ernesto Gutiérrez Gómez Tagle. El general Mazón
emitió un reporte del personal militar muerto y herido en esta operación: un
muerto y 16 heridos, entre los heridos se menciona al general José Hernández
Toledo.
A media noche, después de la masacre
en Tlatelolco, ante la insistencia de los periodistas extranjeros, el director
de prensa y relaciones públicas de la Presidencia de la República, Fernando M.
Garza, declara que la intervención de la autoridad en la Plaza de las Tres
Culturas "acabó con el foco de agitación que ha provocado el
problema".
(en la imagen inferior, la compañera Africa no aparece, porque tuvo que retirarse por causas de fuerza mayor)
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