martes, 24 de abril de 2012

Felipe Calderon

https://docs.google.com/presentation/d/1EfWO9jXo8A9LfGG6b0VjsS8B3xuTZYRct846hWyjj2c/edit

visita al "Memorial 68"


13 DE DICIEMBRE “MARCHA DEL SILENCIO”

El presidente de la republica mexicana, Gustavo Díaz Ordaz, dio a conocer  información erróneo del movimiento por medio de radio y televisión, de los actos de violencia descontrolada que provoca la manifestación estudiantil a la cual se le han sumado personas de la clase obrera y campesina, diciendo que se realizaron estos actos incontrolables durante sus protestas, atacando a autobuses, edificios, mujeres niños, etc. Dice que nada les importa a estos jóvenesy que simplemente lo hacen por libertinaje ya que supuestamente solo querían causar revuelo. Es por esto que el CNH decide desenmascarar las mentiras del presidente realizando una marcha totalmente silenciosa, en protesta de las mentiras de Díaz Ordaz, además mencionaban que el ruido era lo que mueve a la sociedad a lo que ellos querían demostrar   que se quería que se  llevara a cabo lo contrario y esto ocurrió el día 13 de diciembre, en palabras de testigos de esta marcha, los manifestantes no hacían ruido simplemente se caminaba, se escuchaban pequeños murmullos y el ruido de cientos de zapatos que caminaban al unisón, pero el ruido era el mínimo, aunque al pasar por las calles las personas comenzaban a aplaudirles, los manifestantes pedían que de  favor guardaran  silencio, pues en eso consistía esta marcha.

Entrevista

Las entrevistas sobre la marcha del silencio fueron realizadas a personas que participaron en la marcha del silencio, y algunos miembros del CNH, esto es para que los datos sean reales, los participantes dijeron que como ellos no podían detener la transmisión nacional que se llevaba a cabo desde palacio nacional, decidieron actuar para demostrarle a la nación, que esa información era totalmente falsa, ya que se les había tachado de delincuentes, ellos también dicen que parte de el éxito de esta marcha fue el compromiso de los manifestantes, ya que en cuanto algún joven amenazaba a gritar o hacer cualquier clase de ruido excesivo, los demás compañeros lo callaban pidiéndole por favor, eso era una marcha del silencio, ellos tenían que demostrar que la información que el presiente había transmitido eran totalmente falsas.

Opinión: creemos que lo que hizo Díaz Ordaz fue realmente injusto ya que los jóvenes son el futuro del país ya que si ellos no puede expresarse entonces quien, además de que se trate a los jóvenes muy injustamente y que se les tache de vándalos lo cual  todo mundo sabe que si no te hacen caso, tienes que llamar la atención, aunque en realidad se creía que los jóvenes que iniciaban los disturbios y las revueltas eran solo sujetos infiltrados para que diera mala reputación a este movimiento que buscaba soluciones y no mas problemas.
Personaje a seguir:
Gilberto Ramón Guevara Niebla (Culiacán, Sinaloa; 31 de Agosto de 1944) es un escritor, periodista y pedagogo mexicano. Además, fue representante de la Facultad de Ciencias de la UNAM ante el Consejo Nacional de Huelga en el movimiento estudiantil de 1968
http://2neweb.com/gazete/wp-content/uploads/2010/05/Gilberto-Guevara-Niebla2595x270.jpgUna delegación del Consejo Nacional de Huelga, formada por Luis González de Alba, Gilberto Guevara Niebla y Anselmo Muñoz, se entrevista, por la mañana, con los representantes del presidente de la república, Andrés Caso y Jorge de la Vega Domínguez. Los delegados estudiantiles son detenidos en el mitin de Tlatelolco.
El general Marcelino García Barragán, en información publicada después de su muerte, indica que a las 7 de la mañana del 2 de octubre, "estaba en mi despacho [...] planeando la forma de terminar con el movimiento; en esos momentos llegó el capitán Barrios" (era el capitán Fernando Gutiérrez Barrios, jefe de la Dirección Federal de Seguridad en 1968) "al que esperábamos sus informes, para completar mi plan.
"Reunidos en mi Despacho, escuché todos los informes y pregunté al Capitán Barrios podremos encontrar en el Edificio Chihuahua algunos departamentos vacíos, donde meter una Compañía?, Barrios me contestó, déjeme ver; tomó el teléfono y habló con el general Oropeza, me pasó el audífono, y le dije a Oropeza que me consiguiera para antes de las dos de la tarde los departamentos que pudiera para meter una Compañía; en media hora tenía conseguidos tres departamentos vacíos a mi disposición, uno en el tercer piso y 2 en el cuarto piso, serían las 11 del 2 de octubre cuando recibí este informe [que] se necesitaba para completar mi plan que nada mas yo lo sabía, pues el Estado Mayor me indicó que no encontraban la forma de aprehender a los cabecillas sin echar balazos. [...] mi plan consistía en aprehender a los cabecillas del movimiento, sin muertos ni heridos; éstos tenían cita a las cuatro de la tarde en el 3er. piso del Edificio Chihuahua…
"Terminamos el plan a las dos de la tarde y lo traducimos en órdenes que se cumplieron a las 15:30 de esa tarde. El capitán Careaga faltando 20 minutos estaba acantonado en los departamentos vacíos del Edificio Chihuahua, con órdenes de aprehender a Sócrates Amado Campos cuando estuviera al micrófono; el coronel Gómez Tagle a las 3:40 del día 2 estaba con su Batallón Olimpia con su dispositivo, para tapar todas las salidas del Edificio Chihuahua, para evitar la fuga de los cabecillas que a las cuatro de la tarde ya estaban todos en los balcones del 3er. piso y una terraza para empezar el mitin".
En otro texto, el general García Barragán, señala que el general Luis Gutiérrez Oropeza, jefe del Estado Mayor Presidencial, "mandó apostar, en los diferentes edificios que daban a la Plaza de las Tres Culturas, diez oficiales armados con metralletas, con órdenes de disparar sobre la multitud ahí reunida y que fueron los actores de algunas bajas entre gente del pueblo y soldados del ejército."
A las 17:30 horas, se inicia en la Plaza de las Tres Culturas el mitin convocado por el CNH. Algunas fuentes señalan la asistencia de 15,000 personas; otras calculan la presencia de entre cinco y seis mil gentes. En el acto, se encuentran estudiantes, electricistas, comerciantes, ferrocarrileros y periodistas nacionales y extranjeros.
Entre los manifestantes, cunde el rumor de que hay "decenas de agentes policiacos vestidos de civiles". A las 18:10 horas, el mitin está por concluir y se ha informado a la multitud la decisión del CNH de suspender la marcha hacia el Casco de Santo Tomás, como medida de seguridad para evitar posibles enfrentamientos con la fuerza pública, pues se ha observado la concentración de tropas a lo largo de la ruta. Se solicita a los asistentes que se retiren a sus casas en cuanto concluya el acto. En ese momento, un helicóptero sobrevuela la Plaza y una luz de bengala aparece en el cielo y cae lentamente a un costado de la torre de la iglesia de Santiago Tlatelolco. Los manifestantes dirigen, "casi automáticamente, sus miradas hacia arriba", y cuando se preguntan qué es lo que sucede, se escucha "el avance de los soldados," que van entrando a la plaza. Al mismo tiempo, otro helicóptero sobrevuela la zona y lanza dos luces de bengala. Inmediatamente después, se escucha el ruido de carros militares que se acercan. Estos se estacionan alrededor de la plaza. Los soldados saltan de los carros con sus ametralladoras y entran a la plaza. En los tejados de los edificios, hay también soldados con ametralladoras y pistolas automáticas.
La mayoría de los manifestantes asegura "que los soldados, sin advertencia ni previo aviso, comenzaron a disparar". La plaza se convierte "en un infierno. Las ráfagas de las ametralladoras y fusiles de alto poder" zumban en todas direcciones. La gente corre de un lado a otro.
Por el andador de la Escuela Vocacional 7, entran contingentes de soldados, que se colocan pecho a tierra apuntando sus fusiles hacia arriba en dirección al Edificio Chihuahua. Desde las tanquetas instaladas sobre la prolongación de San Juan de Letrán, los soldados comienzan a disparar sus ametralladoras hacia el Edificio Chihuahua. También por el poniente, a un costado del edificio de la Secretaría de Relaciones Exteriores, avanzan tanques ligeros que se colocan enfrente de las puertas del citado edificio.
En la terraza del tercer piso de ese edificio, se encuentran los oradores y varios miembros del Consejo Nacional de Huelga. Desde esa terraza, señala Félix Fuentes, reportero de La Prensa, "abrieron fuego agentes de la Dirección Federal de Seguridad y de la Policía Judicial del Distrito". Y añade: "pudimos percatarnos que agentes policiacos, unos al mando del comandante Cuauhtémoc Cárdenas, de la Judicial del Distrito, esperaba la llegada del ejército para emprenderla contra los líderes estudiantiles."
El dirigente estudiantil Pablo Gómez, que se encontraba en el tercer piso del Edificio Chihuahua, narra que tenían información de que en el basamento de la planta baja de aquel edifico había militares vestidos de civil y policías de la Dirección Federal de Seguridad, por lo que, comenta, "decidimos acelerar el mitin". Pero cuando aparece la luz de bengala, que "es evidentemente una señal", ya que de inmediato se mueven "los dos bandos del ejército: el ejército uniformado avanza sobre la plaza y el Batallón Olimpia, junto con la policía política, toma el tercer piso del Edificio Chihuahua. Ambas partes del ejército actúan exactamente al mismo tiempo". Cuando los elementos del Batallón Olimpia, todos armados -"unos con ametralladoras Thomson, otros con metralletas, otros con pistola calibre 45"-, llegan al tercer piso, "un individuo vestido de traje azul, rubio, pelado a la brush, se acerca al barandal y empieza a disparar. Hasta ese momento no había habido ningún balazo, de ningún lado". Después de que este sujeto disparó, "los tiros siguientes no proceden del Edificio Chihuahua, los siguientes balazos proceden de la Plaza, con armas de alto poder".
La reportera italiana Oriana Fallaci, que se encontraba también en el tercer piso del Chihuahua, relata que escuchó "un fuerte ruido en las escaleras. Estaban disparando y fuimos rodeados por policías vestidos de civil. Cada uno de ellos tenía un guante o pañuelo blanco en su mano izquierda, para que pudieran reconocerse. Saltaron sobre los dirigentes estudiantiles y sobre mí. Luego, la policía nos ordenó que permaneciéramos tendidos sobre nuestro estómago. La única manera que uno podía protegerse de las balas que provenían de arriba era cubriéndose detrás de la pared frontal de la terraza. De ese modo, la policía usó esta barrera de seguridad, nos colocó a los arrestados, a lo largo de la pared opuesta, donde nos encontramos expuestos a las balas. Estuvimos tendidos ahí cerca de una hora. Cada vez que hacíamos un movimiento, disparaban sus armas contra nosotros." En esos momentos, añade la reportera, "ya había un fuego intenso de los soldados abajo, con rifles, ametralladoras, pistolas automáticas"; desde las azoteas y desde helicópteros, se hacían disparos de ametralladora.
En la publicación póstuma del testimonio del general García Barragán, éste señala que "a la hora en que Sócrates estaba más entusiasmado hablando a la multitud con micrófono en mano, un soldado escogido por el capitán X, muy fuerte y decidido jaló de las piernas a Sócrates derribándolo, éste siguió hablando hasta que el capitán le puso su pie en el micrófono y se lo quitó, en esos momentos comenzaron los disparos de las cinco columnas de seguridad que a las órdenes de XXX estaban apostadas en las azoteas de los demás edificios esperando al ejército, que contestó el fuego". Y, agrega, "A los primeros disparos el Batallón Olimpia se replegó en las entradas del Edificio Chihuahua, y aprehendió como 400 individuos entre los que se encontraron todos los cabecillas del movimiento, descabezándolo con este hecho, que fue el éxito completo de mi plan..." Y comenta que "como a las 7:30 de la noche me habló el general Mazón, para pedir permiso para registrar los edificios donde había franco-tiradores, lo autoricé y como a los 15 minutos me habló el general Oropeza.
"Mi general, me dijo: tengo varios oficiales del Estado Mayor Presidencial apostados en algunos departamentos, armados con metralletas para ayudar al ejército con órdenes de disparar a los estudiantes armados, ya todos abandonaron los edificios, sólo me quedan dos que no alcanzaron a salir y la tropa ya va subiendo y como van registrando los cuartos temo que los vayan a matar, quiere usted ordenar al general Mazón que los respeten." gl General Barragán comenta que habló con éste, "trasmitiéndole la petición del general Oropeza", y que aquél le comunicó haber encontrado a los dos hombres armados con metralletas y dijeron "haber disparado hacia abajo".
En la plaza se ha generalizado la balacera. Mujeres, niños, jóvenes y adultos corren despavoridos; algunos se tiran al suelo; otros buscan protección en las escalinatas o entre los vestigios prehispánicos; otras más se esconden debajo y detrás de los automóviles estacionados, o intentan refugiarse en los departamentos de Tlatelolco. Mucha gente logra huir por el costado oriente de la plaza, otras personas se topan con "columnas de soldados que empuñaban sus armas a bayoneta calada y disparaban a todas direcciones". Las menos afortunadas están tendidas en el suelo, muertas o heridas.
El fuego intenso dura aproximadamente 30 minutos. Luego, los disparos disminuyen, pero se mantiene el tiroteo hasta las 20:30 horas. En ese lapso se "evitó que las ambulancias de las cruces Roja y Verde llegaran a la Plaza de las Tres Culturas."
A las 21 horas, varios edificios habían sido ocupados en su totalidad por la tropa y algunos otros estaban siendo cateados. Los elementos del Batallón Olimpia, vestidos de civil, tienen como contraseña un pañuelo envuelto en la mano derecha. Así se identifican unos a otros, y se les oye gritar: ¡Batallón Olimpia, no disparen! Cientos de personas con las manos en alto son conducidas por los soldados hasta el muro sur de la iglesia de Santiago Tlatelolco. Todas están detenidas, a excepción de los fotógrafos y periodistas que pueden identificarse, y ninguna persona puede abandonar o entrar a la zona, salvo rigurosa identificación. Unos trescientos tanques, unidades de asalto, yeeps y transportes militares, tienen rodeada la zona, de Insurgentes a Reforma, hasta Nonoalco y Manuel González.
Algunos de los dirigentes del Consejo Nacional de Huelga han sido capturados en el Edificio Chihuahua, cuyos departamentos son desocupados violentamente por unidades del ejército, del "Batallón Olimpia" y de la policía de la Federal de Seguridad.
Otros dirigentes son detenidos en la plaza. Todos ellos son conducidos al lugar donde se ha concentrando a los demás detenidos. Posteriormente cientos de ellos son trasladadas al Campo Militar Número Uno. Se calcula que son más de 2,000 personas las aprehendidas en Tlatelolco.
Por orden del general Raúl MendioleaCerecero, los hospitales de la Cruz Roja y de la Cruz Verde -así como la información sobre heridos y muertos- queda bajo el control policiaco a partir de las 21 horas. La vigilancia policiaca se extiende a todos los hospitales a los que son conducidos los heridos y muertos. Antes de las 21 horas, se informa que a la Cruz Roja han llegado 4 cadáveres y se ha atendido a 50 heridos de bala de fusil, entre ellos 15 niños; en la tercera delegación se encuentran 18 cadáveres, 15 hombres y 3 mujeres; en el Rubén Leñero, un muerto y 27 heridos; en la Villa, un muerto, y en el 20 de Noviembre no se especifica el número de heridos y muertos.
Se calcula que participan en la operación militar de Tlatelolco unos 5,000 soldados. En las instrucciones de la Secretaría de la Defensa Nacional se indica que la operación militar del 2 de octubre (denominada "Galeana"), al mando del general Crisóforo Mazón Pineda, estaba formada por tres agrupamientos y el Batallón Olimpia, éste al mando del coronel de infantería Ernesto Gutiérrez Gómez Tagle. El general Mazón emitió un reporte del personal militar muerto y herido en esta operación: un muerto y 16 heridos, entre los heridos se menciona al general José Hernández Toledo.
A media noche, después de la masacre en Tlatelolco, ante la insistencia de los periodistas extranjeros, el director de prensa y relaciones públicas de la Presidencia de la República, Fernando M. Garza, declara que la intervención de la autoridad en la Plaza de las Tres Culturas "acabó con el foco de agitación que ha provocado el problema".


 (en la imagen inferior, la compañera Africa no aparece, porque tuvo que retirarse por causas de fuerza mayor)